El suero costeño es un producto lácteo, fermentado y elaborado con leche de vaca, con una consistencia viscosa espesa debido a la concentración de sólidos totales, principalmente proteína y grasa, como consecuencia de la coagulación láctica, con adición de sal (Simanca et al., 2010). Es un producto típico de la costa Norte colombiana especialmente en la mayoría de los municipios de los departamentos de Bolívar, Sucre, Córdoba y Cesar, obtenido por la fermentación natural de la leche cruda que permite conservar sus ingredientes nutritivos para hacerlos disponibles incluso a las personas con intolerancia a la lactosa (Cueto et al., 2007; Acevedo et al., 2010). Su fermentación forma un sistema de dos fases, una líquida y otra sólida; la parte líquida es llamada lacto suero, y la sólida es conocida como suero con propiedades organolépticas deseables. El producto final es similar a la crema agria, un poco ácida y generalmente es usado como aderezo, acompañando casi todas las comidas
La leche destinada a la elaboración de productos lácteos fermentados se estandarizó a un porcentaje de 3.8 % de grasa, se incorporó leche en polvo descremada al 0,1 % de grasa con la finalidad de incrementar los sólidos y facilitar el proceso de fermentación por el incremento del sustrato (Lactosa), posteriormente se mezcló utilizando una licuadora industrial
Este proceso se llevó a cabo en una marmita con agitación constante a temperatura de 80 °C por 20 minutos con el objetivo de destruir los microorganismos patógenos
La leche pasterizada de enfrió a la temperatura de 30°C que es la ideal para éste tipo de microorganismos (mesófilos)
Se inoculo el 0.2 % del Lactobacillus lactis (p/v) marca Hansen en siembra directa con agitación constante durante 3 minutos con el objetivo de distribuir el cultivo uniformemente y activar los microorganismos
El proceso fermentativo se realizó aproximadamente durante 24 horas con los controles de pH y acidez, expresados en % de ácido láctico
La sinéresis (desuerado) se realizó por separación del lactosuero del suero costeño por decantación utilizando un lienzo estéril. Separación del suero. El suero costeño es separado del lactosuero por decantación hasta un 30 % del volumen inicial con peso final.
Este proceso se realizó en la licuadora con adición de sal al 1.2 % del volumen final obtenido durante 10 minutos.
Se realizó para inhibir el crecimiento bacteriano y estabilizar la acidez a los valores deseados.
El envasado del suero se realizó en empaques herméticamente cerrados con el objetivo principal de mantener el producto seguro de agentes físicos, químicos y biológicos, además de ayudar en el transporte y presentación del mismo (
Se realizó a temperaturas de 5 °C, este último paso consiste en mantener las características del producto por el mayor tiempo posible
el proceso de fabricación del queso se ha vuelto mucho más sofisticado en todo este tiempo, pero, en definitiva, una vez que la leche ha sido preparada, todos los quesos se hacen utilizando alguna variación del mismo proceso de cuatro pasos:
Después de ordeñar la leche, ésta se cuaja para separar los componentes sólidos (cuajada) de los componentes líquidos (suero de leche). Para ello, los fabricantes de queso añaden un acidificador o cuajo, o ambos, dependiendo del tipo de queso que van a hacer. Para la elaboración de quesos frescos como el queso cottage y ricota se utiliza una cepa especial de bacterias de ácido láctico que transforman la lactosa de la leche en ácido láctico y provoca que la leche se separe en pequeños granos de cuajada. Para fabricar quesos más compactos, firmes o semi-firmes como el tipo Raclette, se utiliza una enzima llamada cuajo. Esta enzima, que tradicionalmente viene de la mucosa del estómago de un ternero, hace que la leche se separe en granos más grandes de cuajada y acelera el proceso de coagulación. Hoy en día, muchos quesos están hechos con cuajo sintético o "vegetariano" producido a partir de hojas de cardo, higuera o alcachofas. Cuando se utilizan juntos un “acidificador” y el cuajo, se producen quesos semi-suaves, tipo Camembert, o también muchos de pasta azul que muestran una combinación de ambas características suaves y firmes.
Consiste en extraer aún más el suero de leche y dejar escurrir la cuajada para obtener el contenido de humedad deseado. Así, los niveles de acidez aumentan, las bacterias se multiplican y el sabor del queso comienza a desarrollarse. Es en este punto cuando las diferentes recetas para fabricar queso comienzan a divergir en gran medida en la técnica. En una técnica llamada "estiramiento", por ejemplo, la cuajada se estira y se amasa en agua caliente para hacer un tipo de quesos fibrosos como Mozzarella y Provolone.
La cuajada se introduce en moldes, adoptando así el queso su forma y tamaño final cuando. Estos moldes están diseñados para expulsar la humedad, por lo que los quesos sometidos a más presión resultan más secos y firmes. Los quesos de textura suave se extraen de los moldes pasadas unas horas, mientras los más duros se mantienen más tiempo. Durante esta etapa, se produce el salado que contribuye a ralentizar la producción de ácido láctico, realza el aroma y contribuye a la preservación del queso y a su curación. Es común en esta fase añadir otros ingredientes como colorantes, hierbas o especias. También pueden ser ahumados, cubiertos en salmuera o cenizas, o inoculados con mohos como el “Penicillium roqueforti” utilizado para hacer quesos azules como el Roquefort o el Stilton.
Una vez que el queso ha sido cuajado, drenado, y prensado, el proceso de maduración puede comenzar, a excepción de los quesos frescos, que están listos para consumir tras el proceso de elaboración y no necesitan madurar. Durante el proceso de curación, los quesos se guardan en recintos especiales o cuevas, donde los expertos afinadores vigilan y controlan la humedad, temperatura y oxígeno, todos los cuales influyen en los microorganismos y enzimas del queso, determinando su textura, sabor, aroma y consistencia. El tiempo de curación puede variar de unos días, en el caso de los quesos tiernos, a varios meses, en los quesos curados, o incluso años, en el caso de quesos añejos. El Parmigiano Reggiano italiano puede envejecer dos años completos antes de su venta.